Me enamoro dieciséis veces al día,
vale.
Quizá debería dejar de ser una actriz improvisada,
o dedicarme a ello profesionalmente,
en lugar de estar en este medio camino que me consume.
Puede.
Pero todavía estoy esperando a que a Dios le dé por tirar los dados,
o a que la vida juegue sus cartas,
o mejor, si hablamos de juegos de mesa,
a que vengas y me comas,
y después cuentes veinte si quieres, o me cantes las cuarenta.
Me la suda.
El caso es que se me está olvidando hablar de amor, y ni siquiera estoy preocupada.
Quizá porque estoy adivinando la partida.
Está bien, me echaré a un lado.
Pero solo porque todavía no pienso en la autodestrucción.
Si por mi fuera pasaría los días en paralelo, tumbada entre el suelo y el cielo,
y obligando al horizonte a adaptarse a mis formas,
que siempre es más bonito un cuerpo de mujer.
Si por mi fuera viviría desnuda y tomando el sol.
Todos los días.
Y las nubes,
y la lluvia,
y la luna:
LA VIDA.
LA VIDA.
Pero tengo un mundo entero que cambiar,
y una noche más larga que la lengua de las mariposas.
Que yo sé levitar, y por eso a lo mejor, no me caigo cuando me pones la zancadilla.
que cualquier día me muero de pena.
...tonight.
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