31/8/12

Hoy

Lo único que quería
era pedirte que me dejaras abrazarte un rato,

y tus ojos, que se me ensartan en la espina dorsal;

y así me recorres entera,
por dentro, casi sin darte cuenta.


Aquel poema podría haber pasado desapercibido
si no fuera
porque lo escribiste para mí

y ni siquiera lo recuerdas.


O aún estamos enamorados,
o nunca lo estuvimos,
o el masoquismo espiritual está intentando acabar con nosotros.


Deja que fluya la duda durante cuatro años más;
úsame
y pégame  un tiro
después.

Que lo que me queda de ti
al final
es lo de siempre;


pólvora en el corazón.

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